Hubo un Informe sobre la Situación Social en el Mundo 2005 "El dilema de la desigualdad", la ONU identifica aspectos no económicos de la desigualdad en el mundo (por ejemplo, las desigualdades en la salud, la educación, el empleo, el género y las oportunidades de participación social y política), como causa y exacerba la pobreza. Estas desigualdades institucionalizadas son como resultado de una mayor marginación en la sociedad. El informe hace hincapié en la desintegración social inevitable, la violencia y el terrorismo nacional e internacional que esta desigualdad fomenta. Irónicamente, el desvío de fondos de desarrollo social para la seguridad nacional / internacional y las operaciones militares produce más privación y marginación, creando así un círculo vicioso.
De acuerdo con los análisis anteriores, los informes identifican las características de la globalización, la desregulación y la liberalización como factores contribuyentes principales a la desigualdad global. El IDH 2005 cita el régimen de comercio global injusto como causa principal en el aumento de la desigualdad global.
Ante la abrumadora evidencia de la incapacidad de la economía política para reducir la desigualdad y hacer frente a los aspectos no económicos de la prosperidad, ¿por qué las políticas de libre mercado que tan ardientemente son perpetuadas por las naciones económicamente poderosas? La respuesta es, como era de esperar, la rentabilidad y el conseguir más y más a costa de los demás.
Según el Foro Internacional sobre la Globalización, 52 de las 100 entidades económicas más ricas son las empresas en lugar de países. A diferencia de los países, sin embargo, los principales beneficiarios son un número limitado de accionistas. Se trata de las actividades económicas de estas empresas que es tan vital para el poder económico y los ingresos para sus países de origen. La proporción de las ganancias corporativas como parte del ingreso nacional está en su nivel más alto durante al menos 25 años, y un crecimiento interanual de los beneficios empresariales están en su punto más alto. Pero, por supuesto, la distribución de estos beneficios es muy desigual. Según El Economista, en los últimos tres años los beneficios empresariales estadounidenses han aumentado en un 60%, los ingresos salariales sólo el 10%. Es evidente que el enfoque neoliberal favorece los intereses corporativos. Sus vastos recursos y la influencia sobre los gobiernos y las instituciones financieras internacionales a través de sus actividades de presión consiguen miles de millones de dólares. Esta influencia, junto con las directivas basadas en el crecimiento competitivo, económicas llevadas a cabo por los gobiernos dominantes.

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