Ensalada de pasta con berenjenas y pimientos asados

Ingredientes: (para 2 personas)
• 1 pimiento rojo
• 1 berenjena
• 250 g de pasta de colores
• un puñado de perejil
• sal y aceite de oliva
Elaboración:
Asar el pimiento y la berenjena al horno (unos 20-25 minutos), al fuego (unos 10
minutos) o en el microondas (15-20 minutos). Envolverlos en papel de periódico y
cuando estén fríos quitar la piel a mano.
Hervir la pasta en agua con sal, escurrir y dejar enfriar.
Mezclar la pasta con el pimiento y la berenjena troceados. Añadir un puñado de perejil
picado y un chorrito de oliva.
Puede tomarse frío o caliente, como os guste más.

Bucatini alle Melanzane

Bucatini alle Melanzane (V)
Ingredientes: para 3 personas
* 250 g de Bucatini (los Barilla son veganos por ejemplo)
* 1 berenjena grande, cortada en dados
* 1 bote de tomate troceado
* 1 cebolla picada
* 2 cucharadas de cacahuetes
* 1 cucharada de levadura desamargada
* 1 cucharada de margarina vegana
* 2 dientes de ajo picados
* aceite de oliva extra-virgen, sal
* albahaca picada, o seca (a gusto)
Instrucciones:
Salar los dados de berenjena, dejar reposar hasta que suelte el líquido negro, enjuagar
y secar. Freír los dados de berenjena en aceite de oliva hasta que comiencen a dorarse
(tiene que estar bien hecha por dentro también). Reservar.
Sofreír la cebolla en aceite de oliva hasta que comience a dorarse, agregar el ajo, el
tomate, sal, la mitad de la albahaca picada, y sofreír hasta obtener una buena salsa.
Retirar del fuego.
Moler los cacahuetes finamente en un molinillo o picadora junto con la levadura
desamargada. Incorporar esta mezcla a la salsa, junto con la cucharada de margarina y
las berenjenas. Mezclar todo.
Entretanto habremos puesto a hervir los bucatini (en el paquete indica hervir 8 minutos,
así quedan muy al dente, pero ir probando y dejarlos más tiempo según sea vuestro
gusto). Cuando están listos, escurrirlos y combinarlos con la salsa. Echar por encima el
resto de la albahaca picada o seca.

¿Cómo nos relacionamos con los demás animales?

Desde pequeñ@s se nos educa en la idea de que los demás animales existen para que los utilicemos. Esta visión utilitarista del animal no humano como propiedad, se nos inculca desde el momento en que tenemos contacto con otros miembros de nuestra especie, a través de nuestras familias en los inicios, para continuar más tarde afianzándose mediante las escuelas y demás redes de relaciones sociales. En todo ello jugarán un papel relevante los canales transmisores de la información aceptada socialmente. A través de los cuadernos y juegos infantiles, se categoriza a los demás animales en función de la especie a que pertenezcan y de la utilidad que podamos obtener de su explotación. Se nos enseña para qué puede servirnos cada “tipo” de animal no humano, pues se consideran como conjunto de cosas en lugar de como individuos: la abeja nos da miel, la vaca leche, la gallina huevos... En las series de dibujos animados se nos muestra a determinados animales utilizados diferentes formas (Los Picapiedra, Heidi ...). Los propios cuentos para niñ@s nos transmitirán una idea preconcebida que influirá sin duda en la predisposición que tengamos hacia ell@s (interesante lectura en este sentido la que nos ofrece la web Au Pays d´utopie). Jugarán un papel fundamental los libros de texto y las enseñanzas, bien sean éstas de carácter sacro o secular, que en su inmensa mayoría nos mostrarán a los demás animales a través de una visión parcial, construida en base a prejucios especistas o discriminatorios en función de la especie.

En el caso de niñ@s que han crecido en entornos urbanos, posiblemente el primer contacto con otros animales vivos sea a través de visitas a los zoológicos o lugares en donde se les mantiene recluidos y encarcelados en entornos artificiales motivados por una finalidad de caracter utilitarista (ya sea para conseguir beneficios económicos; para garantizar la no extinción de X "especie" por considerarla una pérdida para los intereses de los miembros de la nuestra y desconsiderando por tanto los intereses de los individuos que la componen por vivir libres de explotación ...); de circos, o centros en los que se les obliga a vivir en una situación de esclavitud y trabajos forzados, en los que a través de diferentes técnicas se consigue que realicen actuaciones totalmente absurdas de acuerdo con su naturaleza, para diversión y sorpresa de l@s asistentes; tiendas de compra-venta de seres sintientes, para servir como “compañía”, “distracción”, “entretenimiento familiar” en general, o destinado a los niñ@s de la casa (en función de los intereses de l@s comprador@s), en las que aprenden a pagar por disponer de las vidas otr@s: cahorritos de perros o gatos, pájaros enjaulados, peces recluidos, etc. Aquell@s otr@s que lo han hecho en entornos rurales o han tenido fácil acceso a mantener un contacto un tanto menos forzado (en ocasiones), es probable que hayan tenido que presenciar en algún momento el asesinato de algún animal para su consumo; que hayan jugado a disparar con tirachinas o a tirarles piedras; mientras los adultos es bastante posible que en lugar de inculcarles respeto hacia ellos, no hayan dado mayor importancia al hecho: “son cosas de niños”. En todo caso, tanto un@s como otr@s recibimos el mismo tipo de educación en cuanto a la consideración de los demás animales como medios, y heredamos aquellos prejuicios que marcarán nuestra relación con ellos. Poco a poco y sin que reparemos en que todos esos prejuicios están configurando el filtro por el que consideraremos a los demás animales, vamos asumiendo como “natural”, entre otras, la idea de “animal” como recurso.

Un papel significativo en este proceso lo jugará el lenguaje, quien facilitará el establecimiento de una barrera que se nos muestra como infranqueable entre ellos y nosotr@s: animales/personas (bestias, fieras o incluso máquinas/personas, según el momento histórico). Esta barrera se afianzará a través de múltiples métodos mediante los cuales se pretende enmascarar la realidad, como pueda ser la utilización de recursos de carácter eufemístico tales como el modo de denominar a los hechos: alimentos cuando nos referimos a partes de animales que han sido matados; carne en lugar de músculos; viviseccionar el lugar de seccionar a alguien en vivo; sacrificar, pescar, cazar en lugar de matar, etc. Contribuirá sin duda el asociar a determinados animales no humanos a cualidades despreciadas por parte de l@s human@s utilizando términos que hacen referencia a ell@s como insultos: puerc@, cerd@, cochin@/ suci@; perr@/put@, vag@, holgaz@n; rata/tacañ@... (algo muy empleado incluso en la guerra psicológica para amedrentar al enemigo, generar odio hacia él y excluirlo del círculo de consideración moral de quien lo pretende). El cine, la televisión, la literatura, etc, aportarán la asociación de determinados animales con ambientes lúgubres, sórdidos, sucios, tenebrosos; con historias de terror, de pánico; con catástrofes, etc, generando hacia ellos aprensión, miedo, desconfianza... (Piraña, Tiburón...). Por contra, y en todos los supuestos mencionados la situación se produce también a la inversa con respecto a otros animales no humanos que se nos muestran como "simpáticos", "graciosos", "adorables", según apreciaciones arbitrarias realizadas por individuos de nuestra especie y en función de las sociedades en las que se hayan educado (y que desde luego no guardan la más mínima relación con la capacidad a considerar cuando se trata de respetar el interés por disfrutar de su vida de alguien sin que se le utilice, es decir, con la sintiencia). De este modo se establecen nuevas barreras entre unos animales (no humanos) y otros, que darán lugar a lo que se denomina "especismo de la preferencia" (en sociedades occidentales generalmente el perro es bueno, noble, bonito/la rata es mala, traicionera, fea). Incidir como muestra de la arbitrariedad que se esconde tras la manipulación del lenguaje para dirigir conductas según los intereses que alberguen, en el hecho de que un mismo término se utilizará a conveniencia de los interesados bien como insulto o bien envuelto en connotaciones sentimentales (podemos continuar con uno de los ejemplos citados, el de perro), al tiempo que los individuos que pertenecen a dicha especie continuan siendo los mismos.

La concepción que se tiene de los demás animales puede incluso ubicarse en polos opuestos en función de las sociedades a que nos refiramos (un perro en China o en Corea es considerado también una fuente de alimento, mientras que en Europa sin ir más lejos, una importante mayoría se opondría a que se le manipulara como tal). La discriminación a la que sometemos a los demás animales es tan arbitraria e incoherente que incluso una misma sociedad puede relacionarse con ellos de un modo u otro según intereses de miembros de la especie dominante que la compone (en China por ejemplo, existen "perros que se comen" y "perros que se compran como animales para compañía"). Los individuos que forman parte de dicha especie poseen las mismas características, es más, tanto ellos como un atún, una langosta, una oveja, una perdiz ... son capaces de sentir. Parece lógico que para evitar una repulsa masiva ante tanta incoherencia los interesad@s en perpetuar la situación recurran a todo tipo de mecanismos (en unas ocasiones más sutiles que en otras), de modo que no se repare en su existencia, sino que las actitudes, creencias, valores, que la sostienen sean repetidas sin reparar en ello.

Conforme vamos creciendo esta concepción de los demás animales que hemos asumido sin cuestionar, se va afianzando en nosotr@s y nos conduce a no ser capaces de reconocer a muchos de ellos (o incluso a todos según el filtro que tenga que atravesar nuestro pensamiento), como lo que realmente son: seres con capacidad de sentir, que deberían poder disfrutar de sus vidas sin que se les discrimine. En muchas ocasiones ni tan siquiera se es capaz de imaginar que nuestra existencia es perfectamente posible sin su utilización. Nos acostumbramos a ver trozos de animales muertos en los supermercados, plastificados y envasados listos para su consumo, o simplemente cuerpos expuestos en los mostradores sin que esta visión nos resulte desagradable; a ver productos realizados con partes de sus cuerpos (bolsos, zapatos, cinturones, abrigos…); asumimos que otros animales sean utilizados para experimentar o practicar en sus cuerpos sin levantar la más mínima voz en contra, puesto que en ocasiones se utilizan en aras de un beneficio para la salud de l@s human@s, etc.

Llegamos a disociar la realidad hasta el punto de resultarnos chocante o irrespetuoso, que otras personas se refieran a nuestra comida basada en animales como lo que realmente es: animales muertos, parte de ellos, o bien productos derivados de su explotacion. Es más, es que incluso es posible que asocialgunos de ellos con recuerdos agradables, de diversión, ocio, etc, y que habremos guardado en nuestro inconsciente a través de las experiencias vividas (celebraciones, banquetes, fiestas, momentos entrañables vinculados a alguien querido...). Por su parte, el sistema social aceptado reafirma esta postura y nos ayuda a evitar tener que realizar el ejercicio de asociación entre lo que consumimos, y el ser capaz de sufrir y disfrutar al que obligamos a que nos lo proporcione. La asociación en términos reales podría suponer un freno al negocio basado en la explotación de animales no humanos, por lo que se utilizan todo tipo de estrategias para facilitar esta disociación. En este sentido los mataderos y centros de explotación son alejados de las poblaciones y el acceso a su interior en pleno funcionamiento, oculto al público en general (su existencia debe pasar lo más desapercibida posible). Los anuncios televisivos realizados por las empresas dedicadas a la explotación animal, que en todo caso abastecen (y como es lógico contribuyen a generar) las demandas de l@s consumidor@s, nos muestran: salchichas con vida propia contentas de que las hayamos elegido a ellas para ser consumidas, trozos de calamares que a modo de “tesoro” podemos conservar en nuestro congelador, etc. Los medios informativos nos transmiten noticias en las que vemos imágenes de miembros de otras especies asesinados impunemente por individuos que, en todo caso, están cumpliendo con la misión de intentar salvar a la humanidad de una hipotética pandemia (que a su vez generará cuantiosos beneficios, especialmente económicos, a quienes “salven” a la sociedad mediante la venta de sus productos, sus estudios millonarios, etc). La posibilidad de que la noticia transmitida de nuevo por medios parciales, haga mención al sufrimiento padecido por los animales que están siendo asesinados es bastante improbable. Más difícil aún es que se repare en el hecho de que estos animales se encuentran en la situación mencionada como consecuencia de que pertenecen a otra especie .

Esta "esquizofrenia moral" (en términos de Gary Francione), es la que permite a muchas personas poner el grito en el cielo al observar por televisión las matanzas de delfines o de focas por parte de otras sociedades, mientras clavan el tenedor a la merluza de su plato, y sin que sean capaces de encontrar incongruencia alguna en esta actitud. En la mayoría de los casos se consigue eliminar el vínculo que irremediablemente une a un cuerpo sin vida, con el individuo que fue. A través de todo el proceso mencionado y de las múltiples técnicas empleadas para intentar potenciarlo, el especismo consigue incluso que se llegue a obviar el hecho de que para conseguir X, hemos acabado (y probablemente explotado hasta la muerte) con la vida de alguien capaz de sufrir y disfrutar, y que sin duda quería disfrutar de ella sin que otr@s lo utilizaran.

Es importante dejar de utilizar a otros animales

Los animales no han nacido para que nosotr@s nos beneficiemos de ellos. Ni aún en el caso de que existan personas que hayan contribuido a traerlos a este mundo de algún modo (por ejemplo, a través de la inseminación no consentida de sus madres), está justificada su explotación. En este sentido tampoco justificaríamos la utilización de una niña o un niño por unos padres que alegaran tienen derecho a hacerlo ya que está aquí gracias a ellos.

La explotación de los demás animales es algo aceptado por nuestras sociedades hasta el punto de estar institucionalizada sin que ni siquiera hayamos establecido un debate al respecto sobre si es o no justo hacerlo. Simplemente, nos limitamos a repetir las pautas de comportamiento que nos han sido transmitidas desde pequeñ@s sin cuestionarlas, hasta llegar al punto de considerar dicha explotación como algo "normal". En ocasiones esta explotación pretende justificarse en base al hecho de que ha existido siempre, a este respecto decir que también la esclavitud humana, por citar uno de los múltiples ejemplos que podrían utilizarse, existió hasta que después de la lucha de aquellas personas que en su momento consideraron que era una tremenda injusticia, se consiguió ponerle fin.

En el tiempo que tardas en leer es estas líneas, miles de animales con capacidad de sufrir y disfrutar están siendo explotados y asesinados, para satisfacer nuestros intereses de múltiples formas. Según los datos que aparecen en la página oficial de la FAO -Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación- para 2004, referidos únicamente a animales destinados a alimentación humana, y correspondientes a todos aquellos países sobre los que existe información de este tipo, haciendo un promedio obtendríamos: 1.481,18 pollos asesinados por segundo a lo largo de todo el año; 40,53 cerdos por segundo; 26,83 conejos; 16,08 corderos o carneros; 9,3 vacas o terneros,... (respecto al número de peces sacrificados es prácticamente imposible saber cuántos individuos fueron pescados, ya que la medida para contabilizarlos es la tonelada). Podríamos seguir sumando todos los animales no mencionados tanto terrestres, aéreos, como acuáticos, y los de aquellos países sobre los que no hay datos, los que mueren en las explotaciones, los que lo hacen en el transporte, los que se matan a nivel particular, los sacrificados para vestimenta, experimentación, para hacer pienso con el que alimentar a otros animales (muchos de los cuales servirán a su vez de alimento a miembros de nuestra especie), para confeccionar productos de todo tipo, en experimentación, en caza y pesca deportiva, los que mueren al comerciar con ellos, los que lo hacen en festejos populares (denominados eufemísticamente "tradiciones populares"), etc, etc. Como podemos comprobar ningún holocausto, guerra, catástrofe natural, atentado terrorista,.... ha alcanzado jamás las cifras de víctimas que supone la explotación de los demás animales.

Sin embargo, a pesar de tratarse de una injusticia de enormes proporciones, y de ser perfectamente evitable, ésta se mantiene día tras día, segundo tras segundo, sin que se repare en su existencia o se decida actuar para contribuir a ponerle fin. En ocasiones, aquell@s que se han planteado vagamente el tema piensan que no se puede hacer nada, y por lo tanto no intentan poner remedio a esta situación. Nada más lejos de la realidad, a veces subestimamos nuestro poder como consumidor@s y nuestra capacidad para negarnos a participar de esta tremenda injusticia, que tanto dolor y muerte ocasiona, y que impide disfrutar de sus vidas a  seres que al igual que nosotr@s son capaces de sentir.

De tod@s y cada un@ de nosotr@s depende que esta explotación se perpetúe.

Podemos optar por seguir consumiendo productos animales contribuyendo por lo tanto a que éste se mantenga; o podemos vivir perfectamente sin utilizar a los demás animales (algo bastante más sencillo de llevar a cabo de lo que puede parecer).

¿Es justo utilizar a otros animales?

Desde que nacen su destino está decidido. Sea o no justo que los explotemos, lo cierto es que es una realidad. Incluso está institucionalizada y es posible recibir subvenciones para mantenerla. El motivo: no pertenecen a nuestra especie.

El hecho de que sean capaces de sufrir, disfrutar, que tengan interés en vivir su vida de acuerdo con su naturaleza, no supone una traba cuando estamos hablando de beneficios (evidentemente no para los demás animales). Es más, es posible que tampoco la supusiera en caso de no haberlos, ya que la raíz del problema es el modo en que los consideramos. Lo que se plantea es obtener su carne, sus huevos, su piel con la que hacer todo tipo de prendas… El que para conseguir productos de origen animal, poner a prueba una idea en alguien vivo, desarrollar nuestra faceta “artística”, o divertirnos utilizándolos, tengamos que recluir, explotar y asesinar a otros individuos con capacidad de sufrir y disfrutar, no parece ser un obstáculo.

En ocasiones se intenta justificar esta actitud utilizando para ello argumentos que no parecen ser producto de una reflexión demasiado elaborada. Es bastante habitual encontrar personas que alegan que es lo “normal”, ya que se ha hecho siempre así. O quienes recurren al argumento: “las plantas también sufren”, lo que además de mostrarse como un “absurdo biológico” (sin poseer un sistema nervioso, ser capaz de sufrir, y además sin que dicha capacidad pueda cumplir con la función para la que existe: avisar al individuo de que debe alejarse de la fuente de dolor que pone en peligro su supervivencia); no invalida en modo alguno el hecho de que los demás animales son capaces de sufrir y disfrutar.

A veces se utilizan argumentos del tipo: ¿acaso no se come el león a la gacela?, como si estuviéramos haciendo referencia a un agente responsable de sus actos, que además puede optar por alimentarse de otro modo. O bien a otros tales como: “el hombre se encuentra en la cúspide de la pirámide evolutiva”, lo que carece de todo tipo de fundamentación científica, puesto que la evolución no se dirige en una única dirección, sino que ésta más bien se extiende a modo de árbol en múltiples ramas. Es frecuente por parte de algunas personas recurrir a planteamientos tales como: “los animales existen para que nosotros los utilicemos” (¿para qué sirve una gallina si no?, parecen decir), que simplemente presentan el hecho en términos utilitaristas para beneficio humano.

En otras ocasiones pretende invalidarse la defensa de los intereses de los demás animales por vivir libres de explotación del siguiente modo: “hay cosas más importantes que afectan a miembros de nuestra especie que solucionar antes”, planteamiento que además estar basado en el mismo prejuicio especista que las posturas citadas anteriormente, parece proponer que ineludiblemente hay que explotar animales para poder participar en otro tipo de luchas. Otras veces lo que se persigue es justificar esta actitud en un intento de sacralizar conceptos tales como: arte, tradición, ciencia, cultura, salud. Plantean la tesitura de que no es posible la existencia de dichas categorías sin que los demás animales sean utilizados en su nombre.

Es común recurrir a argumentos basados en la posesión de determinadas capacidades, que los demás animales no tendrían. Lo cierto es que no se ha encontrado ninguna capacidad relevante para respetar el interés de un individuo en vivir libre de explotación, que sea propiedad exclusiva sólo de l@s human@s, y además de tod@s ell@s. Podríamos desconsiderar el hecho de que no tod@s los human@s poseen la capacidad X, que tomemos como base para discriminar a los demás animales (porque la perdieron, porque nunca la poseyeron, o porque no cuentan con ella durante una etapa de su vida al menos). En este caso quienes emplean dichos argumentos se verían obligados a discriminar a dich@s human@s mencionados también, si fueran coherentes con su planteamiento.

Todos estos argumentos resultan muy cómodos a quienes los utilizan, ya que les permiten continuar actuando tal y como lo hacen (posiblemente del mismo modo que lo hicieran sus progenitores, sus antepasados…). Contribuyen además a mantener el estatus de algun@s: tanto el de quienes se benefician económicamente, como el de aquell@s otr@s que obtienen prestigio o reconocimiento social.

Lo cierto es que ninguno de los postulados mencionados afronta con la seriedad debida el debate sobre la relación que mantenemos con los demás animales. Ninguno logra justificar su utilización desde una perspectiva ética basada en términos de justicia, y tras todos ellos podemos apreciar la existencia de prejuicios especistas. A través de ellos, y aún de muchos otros, se prentende enmascarar la injusticia que supone negar a quien es capaz de sentir una consideración igualitaria, discriminando sus intereses por el mero hecho de pertenecer a una especie distinta a la nuestra.

¿Va a terminar la explotación animal porque yo sea vegano?

Efectivamente, la explotación de los demás animales no acabará porque un@ de nosotr@s se haga vegan@, es decir, decida adoptar un estilo de vida respetuoso hacia ellos y deje de utilizarlos. De igual modo la esclavitud humana no dejó de ser aceptada en la mayoría de las sociedades, porque un@ esclavist@ liberara a sus esclav@s, o porque una persona dejara de comprarlos. Ni tan siquiera en pleno siglo XXI podemos asegurar dicha esclavitud no se produzca en ningún lugar. Sin embargo parece evidente que aunque quede aún camino por recorrer, se consiguió avanzar bastante en este sentido gracias a quienes dejaron de participar de ella y emprendieron su lucha cuestionándola públicamente.

Está claro que una consideración igualitaria hacia los intereses de los demás animales no se alcanzará nunca si todo el mundo adopta una postura como la citada en la pregunta del enunciado. Los demás animales no se organizarán para reclamar su derecho a disfrutar de sus vidas libres de explotación. Tampoco es factible que puedan escapar de su situación de sometimiento, lograda a través de métodos coactivos: reclusión, privaciones, cadenas, jaulas, rejas, castigos, etc, y sostenida en base a la inocencia de los esclavos y a su incapacidad para librarse de ella.

No es previsible que ante tanta premeditación por parte de la especie dominante l@s dominad@s, siendo éstos animales no humanos, huyan en masa de sus dominador@s. Ni siquiera lo es que dado el caso de que la huída se produzca por parte de algunos individuos, se les permita a éstos lograr su objetivo con éxito (en aquellas ocasiones en que ciert@s cautiv@s logran escapar, se les asesina o se les obliga a volver a los lugares de los que intentaban huir).

Por otra parte, parece lógico pensar que el respeto hacia dichos animales no partirá de aquell@s inversor@s que han decidido apostar por su utilización y ven crecer sus ingresos gracias a ella.

Un tanto utópico se muestra el planteamiento de que la sociedad en términos globales, va a tomar conciencia súbitamente de la injusticia que se está cometiendo con seres, que al igual que nosotr@s son capaces de sufrir y de disfrutar, y va a dejar de mantenerla.

La explotación animal es rentable para algun@s, y pensar que no puede hacerse nada para cambiarla una postura cómoda para tod@s, pues se traduce en tener que hacer eso: nada.

Sin embargo, cada vez que alguien se hace vegan@ está dejando de participar en la esclavitud y sometimiento que sufren los animales que no pertenecen a nuestra especie. Cada vegan@ deja de ser un/a cliente más por el/la que mantener la explotación, para ser un@ más por el/la que abolirla. Si esta persona además cuestiona abiertamente el especismo (discriminación por motivo de especie), estará acelerando el proceso necesario para que esta injusticia sea conocida socialmente y pueda ser considerada. Cada persona que decide dar este paso, está alertando al resto a través de su elección de la existencia del problema: no tod@s creemos que sea justo aprovecharnos de los demás animales, no a tod@s nos parece “normal” hacerlo, ni creemos que sea algo irremediable.

La conclusión es simple: es posible vivir sin utilizar a los demás animales, y está al alcance de la mano de tod@s nosotr@s no participar de esta injusticia y trabajar para que pueda ser reconocida y superada.

Las plantas están vivas ... ¿no hay que tener en cuenta sus intereses?

En primer lugar debemos aclarar qué estamos cuestionando al plantear la pregunta. ¿Qué es lo que queremos decir exactamente con ella?: ¿que sea tenida en cuenta como paciente moral?, ¿que sea considerada como individuo poseedor de intereses que puedan verse afectados por las acciones de otra/os?. Si la intención de la pregunta fuera la mencionada ésta sería un absurdo hoy día puesto que, dado el estado de conocimientos actual y a pesar de que efectivamente las plantas son seres vivos, existe una diferencia clara entre un ser vivo y otro capaz de sentir. La diferencia radica en la posesión de un sistema nervioso que permite al individuo experimentar sensaciones tales como sufrimiento o bienestar. Parece lógico pensar que para que se respeten los intereses de alguien es requisito indispensable que éste posea intereses que deban ser respetados. Por otra parte la posesión de intereses está íntimamente relacionada con las mencionadas capacidades y como consecuencia con el hecho de que un sujeto sea consciente de sus experiencias (esto es, sea capaz de procesar información a nivel mental y de responder al entorno con la finalidad de satisfacer un interés). El hecho de que las plantas reaccionen ante determinados estímulos como pueda ser el caso de los tropismos, movimientos en este caso totalmente involuntarios, no significa que tengan interés por satisfacer un determinado objetivo y que actúen de forma consciente para lograrlo.

En todo caso, si el planteamiento se mantuviera sobre una base científica y se descubriera a las plantas como seres sintientes y por lo tanto poseedoras de intereses, dicho descubrimiento no invalidaría la argumentación sobre la que se sostiene que todos los animales que poseen las mencionadas capacidades deben ser respetados. Se trataría en el caso de que esta hipótesis fuera real de extrapolar dicha argumentación también a ellas, para incluirlas en nuestro círculo de consideración moral.

Sin embargo, lo que sí está demostrado actualmente a nivel científico es que los demás animales son capaces de experimentar sufrimiento y bienestar, ¿a qué esperamos entonces para considerar sus intereses de forma igualitaria?.

Confusiones veganas

1. "Yo no podría ser vegan@ porque me encanta la carne/el jamón/el atún/la leche/ la tortilla ..."

2. "Se ha hecho así toda la vida, es lo normal".

3. "También los animales se comen unos a otros".

4. "Hay que comer de todo para estar sanos" .- (¿y a todos/as?).

5. "Es que no tengo tiempo para preparar comidas".

6. "Seguro que es más caro ser vegan@ y yo no tengo dinero".

7. "¿Y las plantas, ellas no merecen respeto?".

8. "Es que a mí no me gustan los animales y eso hay que respetarlo".

9. "Si todos nos hiciéramos veganos/as ¿qué haríamos con tantísimos animales?".

 

1. - Cuando se tiene claro que es injusto participar en la explotación y/o muerte de otros/as, y se es consciente de lo sucedido con anterioridad a que se nos muestren como alimentos: los músculos troceados de un animal no humano/la pata de un cerdo/los restos de los cuerpos de quienes un día fueron peces/la leche segregada por las vacas para alimentar a sus crías/el huevo engendrado por el ovario de un ave .... su sabor deja de presentarse ante nosotros/as como algo bueno o apetecible. Es más, no consumir dichos productos no se percibe como una privación sino como una liberación.

2. - También en otras épocas estaba normalizada la esclavitud humana; en la mayoría de las sociedades era habtiual torturar a la gente plúblicamente, como medida represiva; las mujeres no tenían derecho al voto ....

3. - Aunque no en todos los casos, es cierto que determinados animales no humanos se comen a otros pero, ¿desde cuando dichos animales pueden elegir alimentarse de otro modo? y, en todo caso, ¿desde cuando son agentes morales y por tanto responsables de sus actos?.

4. - ¿Acaso no existen multitud de individuos humanos que no consumen productos de origen animal, llevan una alimentación balanceada, y son un vivo ejemplo de que la afirmación es errónea?.
- ¿No es cierto que existen multitud de individuos humanos que encajan en sociedades distintas en sus arquetipos "come de todo" y no están sanos?.
- En la mayoría de sociedades occidentales por ejemplo, no se consumen determinados animales no humanos, que sí se consumen en otras de un modo habitual. ¿Debe entenderse entonces que el hecho de estar sana/o depende de lo que la sociedad en la que se viva acepte como válido?, y en ese caso, ¿en función de qué?.

5. - ¿Acaso conlleva más tiempo no añadir ingredientes de origen animal a una receta que hacerlo?.

6. - ¿Desde cuando es más caro hacer una paella de verduras que una de marisco? (por poner un ejemplo).

7. - ¿Desde cuando las plantas cuentan un sistema nervioso que les permita poseer la capacidad de sentir (miedo, dolor, placer, etc)?. ¿Desde cuándo se entiende que alguien que no posee dicha capacidad puede tener intereses?. En todo caso, ¿invalidaría el hipotético supuesto de que las plantas poseyeran sistema nervioso, el hecho de que los demás animales cuentan con él?.

8. - ¿Estás de acuerdo en que hace falta que alguien nos guste o no, para respetar su derecho a disfrutar de su vida sin ser utilizado?.
- ¿Crees que es justo pedir que se respete el derecho de alguien a aprovecharse de una posición de dominio sobre otr@, para utilizarlo en contra de su voluntad (asesinarlo, explotarlo, someterlo a privaciones, discriminarlo, o contribuir para que otros/as lo hagan)?.

9. - A los demás animales en muchos de los casos, se les insemina, se fuerza sus ciclos reproductivos a través de diferentes métodos, se les obliga a procrear ... para abastecer las demandas de quienes compran sus productos. Si la "demanda" decrece, la "oferta" también lo hace.
- ¿Hubieras estado de acuerdo en que se mantuviera la esclavitud humana para evitar posibles problemas de vivienda de los/as esclavos/as?. Actualmente existen santuarios en donde animales no humanos pueden disfrutar de su vida sin ser utilizados.

Sobrasada Vegana de Okara











Dificultad: fácil si tenemos el okara, entretenido si no es así el hacerlo
Tiempo de preparación: 10 minutos si tenemos el okara
Raciones: para picar

Ingredientes:

  • 9 cucharadas llenas de okara*

  • 7 cucharaditas llenas de especias para hacer sobrasada (venden ya el preparado en ecotiendas, herbolarios, etc). De la cantidad que utilicemos dependerá que su sabor sea más o menos fuerte (recomiendo provar hasta dar con el que más nos guste)

  • 6 cucharadas de margarina sin ingredientes de origen animal




Calentar a fuego bajo la margarina y mezclarla moviendo con las especias para preparar sobrasada. Cuando esté añadir la okara y mezclar todo bien un par de minutos o tres a fuego bajo (para que coja el sabor). Apartar y dejar enfriar.


La combinación de esta "sobrasada" con el tofu macerado queda muy bien para preparar sobre galletas saladas.


*Okara: Se trata de un remanente que se obtiene de cocer el grano de soja en agua para preparar leche (de soja). Se trata de un producto muy nutritivo ya que contiene una enorme cantidad de fibra soluble e insoluble, así como cantidades modestas de proteína. En japonés significa, la “corteza honorable”. En chino “el hijo del tofu”, o “la cabeza del tofu” y se denomina “doucha”. La mayor virtud de este alimento consiste en la fibra vegetal que posee.


Personalmente pongo unos 250 grs de soja amarilla en grano en agua durante unas doce horas, luego la lavo y la trituro. La echo en una olla con unos 7 u 8 litros de agua sin cloro aprox. y la pongo a hervir retirando el suero (la espumilla que se crea arriba) y cuidando de que no se pegue al fondo. Una vez cocida la filtro con un colador grande de tela siendo ésta la pulpa que queda en él sin tener que presionar.


Si quisiéramos hacer también tofu, una vez que hubiéramos apartado la okara tendríamos que seguir colando la leche de soja (que podemos utilizar para tomarla fría o caliente, mezclada con café, té, chocolate, en batidos, para preparar bechamel, etc), presionando a través del colador de tela y apartando la pasta que no lo atraviese. El producto obtenido que tendría una textura más fina, mezclado con una pequeña proporción de sulfato de calcio (o el coagulante seleccionado, que puede ser también nigari o incluso zumo de limón, aunque parece que el más recomendado si lo que se quiere es obtener tofu firme, es el primero), y dejado resposar daría lugar al coagularse al tofu.


En cocina vegana la okara puede utilizarse como base para hacer patés veganos, croquetas, albóndigas, salchichas, hamburguesas; para dar cuerpo a sopas, guisos, purés ...


Si hemos preparado la okara nosotrxs en cantidad sobrante podemos congelarla unos 4 ó 5 meses. Por ejemplo, si la queremos para hacer "sobrasada" vegana podemos guardar la okara que tenemos de más en recipientes y congelarla. Una vez que vayamos a utilizarla sólo tenemos que descongelar y preparar la "sobrasada".


Pinchos de verduras adobadas











Dificultad: fácil pero entretenido
Tiempo de preparación: 45 minutos (tiempo adobo aparte)
Raciones: para unas 5 personas

Ingredientes:

  • 1/2 calabacín, 1/2 berenjena, 1/2 pimiento rojo, 1 cebolla tierna tamaño mediano, unos cuantos champiñones portobello, unos tomatitos cherry, unos espárragos verdes, tres ajos machacados

  • 1 paquete de tofu firme

  • un puñado de perejil, orégano, un poco de pimienta negra

  • salsa de soja

  • sésamo

  • 3 cucharaditas de mostaza

  • palitos para pinchos

  • aceite de oliva y sal (fina y gorda)




Lavar la verdura y los champiñones. Cortar los champiñones por la mitad (verticalmente), el calabacín en rodajas gruesas, los espárragos en trozos no demasiado pequeños, y el resto, menos los tomates que dejaremos tal cual, en dados de tamaño medio. Cortar el tofu del mismo modo.


Mezclar en un recipiente aceite de oliva, perejil, orégano, un chorro de salsa de soja, sal fina, un buen puñado de sésamo, la mostaza, un poco de pimienta negra y los tres ajos machacados. Una vez mezclado añadir la verdura y los champiñones y dejar macerar, moviendo cada cierto tiempo para que toda ella coja sabor y el sésamo se vaya distribuyendo por todo (un modo de no hacerlo sin romper el tofu es pasarlo de un recipiente a otro con cuidado, cada cierto tiempo). Podemos dejarlo unas horas (cuando más tiempo más sabor tendrá).


Cuanto vayamos a prepararlo ir pinchando en cada palito los ingredientes, (vigilando que queden variados al ir colocándolo). Poner un poco de aceite de oliva en una plancha (apenas un poquito) y calentar. Cuando esté caliente poner los pinchos y sazonar con sal gorda. Echar por encima un poco de salsa de soja mientras freimos a fuego medio-alto (vigilad que no se queme y quede hecha la verdura).


Pasta china con setas Shiitake y algas











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos sin contar el tiempo de hidratar las setas y las algas
Raciones: para unas 4 personas según se emplee para picar o acompañar otros platos

Ingredientes:

  • paquete de pasta china sin huevo (de venta en algunos supermercados)

  • setas shiitake deshidratadas (de venta en tiendas de comida china para cocinar)

  • algas chinas deshidratadas (de venta en tiendas de comida china para cocinar)

  • 2 ó 3 dientes de ajo

  • misho (de venta en ecotiendas, herboristerías)

  • salsa de soja (de venta en ecotiendas, herboristerías, algunos supermercados, tiendas de comida china para cocinar)




Calentar agua. Coger un puñado grande de setas shiitake deshidratadas y otro de algas deshidratadas y echar en un recipiente con el agua caliente. Dejar unas horas.


Calentar agua, apartar del fuego y poner en un recipiente. Echar en él la pasta y mover mientras se blandea (poco tiempo para que quede al dente). Escurrir.


Escurrir las setas y las algas (estrujarlas con cuidado para que expulsen el agua sobrante), y cortar en trocitos. Poner a freir en una sartén con un chorrito de aceite de oliva (poco para que no salga pesado), junto con los ajos cortados en trocitos, mientras movemos. Cuando veamos que está casi frita añadir la pasta, dos cucharaditas de miso (al gusto, le dará mucho sabor), y un chorro de salsa de soja. Ir moviendo para que no se pegue con cuidado y se mezclen los ingredientes (se aconseja hacerlo con palillos de madera).


Revuelto de setas con espárragos











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 20 minutos aprox
Raciones: para 4 personas

Ingredientes:

  • 500 grs de setas

  • 1 manojo de espárragos

  • 2 cebollas tiernas grandes

  • ½ vaso de vino tinto (de los de agua)

  • aceite de oliva y sal




Cortar los espárragos (la parte dura del final no la utilizamos). Poner a freir y sazonar hasta que estén a medio hacer. Añadir las cebollas cortadas en rodajas. Cuando empiece a dorarse añadimos las setas cortadas en trozos. Rehogar durante unos cinco minutos y añadir el vino. Mantener el fuego hasta que veamos que el vino se ha transformado en una especie de salsa. las patatas con un poquito de sal. Quitar el agua, dejar enfriar y pelar.


Ensaladilla vegana











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 1 hora aprox. según tipo de fuego, más el tiempo de enfriado
Raciones: para 5 ó 6 personas

Ingredientes:

  • 5 ó 6 patatas tamaño mediano-grande

  • Bote de guisantes finos cocidos (cuanto mejor sea la calidad más sabor le dará a la ensaladilla; no recomiendo utilizarlos congelados por ese motivo)

  • Bote de variantes (los venden ya preparados aunque también pueden comprarse al peso)

  • olivas, pepinillos.. con sabor “mojo picón” (suelen venderse al peso en plazas, supermercados, aunque en algunos de ellos también se pueden encontrar empaquetadas)

  • un chorro de zumo de limón para la veganesa

  • leche de soja para la veganesa

  • aceite de maíz para la veganesa, y sal



Cocer las patatas con un poquito de sal. Quitar el agua, dejar enfriar y pelar.

Preparar la veganesa*. Mezclar con las patatas (guardando algo para colocar por encima luego). Triturar con un brazo de cocina (no demasiado para que no quede papilla. La idea es que no queden grumos grandes de patata).

Cortar las aceitunas, los pepinillos, en trocitos pequeños y añadir. Lavar los guisantes y añadir (le darán dulzor a la ensaladilla). Escurrir las variantes y echar la cantidad necesaria hasta lograr dar con el sabor que nos guste (si echamos muchas será muy ácida). Mezclar todo bien sin chafar. Colocar en un recipiente o en una fuente. Colocar la veganesa que hemos reservado por encima y darle forma de ensaladilla. Decorar si se quiere con aceitunas manzanilla, con tiritas de pimiento morrón si nos gusta, etc. Guardar en el frigorífico pues estará más buena cuando haya cogido frío.

* Veganesa: Ingredientes: leche de soja, aceite de maíz o de girasol, sal y un chorrito de zumo de limón.

Poner en un recipiente para batir 150 mililitros de leche de soja, una cucharadita de café de sal. Ir añadiendo poco a poco y mientras batimos con un brazo de cocina 450 mililitros de aceite, y un chorro de zumo de limón al final hasta que cuaje.

Guiso de alubias pintas con verduras y tofu











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 50 minutos aprox.
Raciones: para 4 personas

Ingredientes:

  • 1 bote de alubias pintas cocidas de 500 grs

  • 1 paquete de tofu firme

  • 2 pimientos verdes medianos, 1 pimiento rojo mediano, 1 cebolla tierna grande, 2 dientes de ajo, 10 champiñones grandes, media berenjena tamaño mediano

  • 2 cucharadas soperas colmadas de quinoa

  • 2 tomates grandes maduros

  • salsa de soja

  • 50 grs de almendras crudas

  • 4 patatas medianas

  • aceite de oliva y sal



Cortar los pimientos en trozos pequeños y poner a freir. Cuando estén medio hechos, cortar la berenjena en cubos pequeños y añadir a los pimientos mientras se fríe todo. Cuando esté la berenjena medio hecha añadir la cebolla cortada en trozos pequeños, los champiñones en láminas, junto con los ajos triturados, y los tomates rallados. Terminar de freir.

Cortar el tofu en cubos tamaño mediano y freir en una sartén aparte con un poco de salsa de soja.

Echarlo todo en una olla junto con las alubias lavadas y añadir el agua para la cocción para que cubra el contenido (debe sobrar un dedo aproximadamente por encima. Algo que podremos adecuar a nuestro gusto en función de lo denso que queramos que salga). Poner a pochar. Añadir la quinoa y las almendras trituradas. Sal pimentar y tener al fuego hasta que la quinoa se haga (cuando su color cambie su color)

Acompañamiento: Podemos acompañar el guiso con las patatas cortadas en dados medianos y fritas.

Makis a la veganesa











Dificultad: media
Tiempo de preparación: 45 minutos aprox. (si hemos de preparar la veganesa)
Raciones: para picar 6 personas

Ingredientes:

  • 250 gramos de arroz para sushi

  • 3 hojas de alga nori para hacer makis

  • vinagre de arroz y salsa de soja

  • pepinillos agridulces

  • veganesa (mayonesa sin huevo hecha con aceite de maíz o de girasol según gustos).*

  • azúcar moreno de caña y sal

  • esterilla de bambú para preparar makis de arroz



Lavar el arroz y cocerlo. Escurrirlo y lavarlo de nuevo. Añadir veganesa para que le dé sabor.

Calentar moviendo medio botecito de vinagre de arroz con 5 ó 6 cucharaditas de azúcar. Verter la mitad en el arroz con veganesa y mezclar. Reservar el resto para echar por encima del rollo de arroz al ir a comerlo.

Colocar una hoja de alga nori sobre la esterilla de bambú. Echar encima un par de cucharadas llenas o tres del arroz que hemos mezclado y extender (dejar un par de dedos alrededor del borde sin cubrir). Colocar en el centro y en horizontal una tira de pepinillos agridulces. Enrollar la esterilla dándole forma al maki. Quitarla y cortar el rollo con un cuchillo afilado y con la hoja humedecia para cada corte, en rodajas de 1 cm aprox.

Cuando vaya a servirse echar por encima el vinagre que nos ha quedado y colocar en un recipiente pequeñito salsa de soja para servir (se puede colocar otro con vinagre de arroz en el que habremos deshecho azúcar como antes).

*Veganesa: Ingredientes: leche de soja, aceite de maíz o de girasol, sal y un chorrito de zumo de limón.

Poner en un recipiente para batir 150 mililitros de leche de soja, una cucharadita de café de sal. Ir añadiendo poco a poco y mientras batimos con un brazo de cocina 450 mililitros de aceite, y un chorro de zumo de limón al final hasta que cuaje.

La cantidad de veganesa que necesitamos para los makis es mucho menor a la que conseguimos con las cantidades que se indican arriba. Puesto que vamos a prepararla nosotr@s y para rentabilizar el tiempo, podemos utilizar el resto para acompañar otros platos (por ejemplo, para preparar ensaladilla).

Nota: Si preparamos más makis de los que vamos a utilizar podemos liar y congelar los sobrantes.

Patatas al ajo cabañil











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos aprox.
Raciones: para 4 personas. Puede utilizarse también para picar.

Ingredientes:

  • 4 patatas grandes

  • 4 dientes de ajo

  • medio vaso de vinagre de vino tinto

  • 2 cucharaditas rasas de pimentón dulce, aceite de oliva y sal




Cortar las patatas en rodajas finitas (a ser posible con una máquina cortadora de cocina). Echar un poco de sal, y freir en aceite de oliva a fuego fuerte dando vueltas para que no se peguen. Cuando estén fritas quitar el exceso de aceite.


Mientras tanto mezclar: medio vaso de vinagre, los cuatro dientes de ajo machacados y dos cucharaditas rasas de pimentón dulce. Verter en la sartén al fuego con las patatas fritas. Dar vueltas hasta que el vinagre se evapore (al echar la mezcla en la sartén el vinagre empezará a evaporarse desprendiendo los gases). Apartar y listo.


Nota: cuanto más tiempo esté el vinagre en la sartén menos fuerte de sabor estarán. De igual modo la cantidad de ajo y de vinagre que echemos contribuirá a que el plato salga más o menos fuerte.


Soja texturizada con champiñones a la nata











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos aprox. (sin contar el tiempo para blandear la soja)
Raciones: para 5 ó 6 personas

Ingredientes:

  • medio paquete de soja texturizada en dados

  • 2 cebollas tiernas medianas- grandes

  • nata de avena para cocinar, o en su defecto de soja (sin ingredientes de origen animal)

  • una bandeja tamaño medio de champiñones

  • pimienta negra en polvo, orégano, un puñado de piñones

  • sal y aceite de oliva



Calentar agua, verterla en un recipiente y echar la soja texturizada. Dejar un par de horas hasta que se blandee. Escurrir (estrujar la soja para que suelte el agua bien).

Freir la soja en una sartén con un poquito de aceite de oliva (lo justo para que no se pegue), orégano, pimienta negra y sal; mientras vamos moviendo para que no se queme. Apartar la sartén del fuego.

Lavar la verdura. Cortar los champiñones y la cebolla y freir a fuego medio. Cuando estén hechos añadir a la sartén en que hemos dejado la soja, y volver a poner a fuego bajo. Añadir el pack de nata de avena, o de soja para cocinar, el puñado de piñones, otro poquito de orégano y de pimienta. Probar de sal. Mover durante unos minutos para que se mezclen los sabores y listo.

Paté de aceitunas negras aderezado











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 2 minutos si tenemos ya el paté

Ingredientes:

  • 5 cucharaditas de paté de aceitunas

  • salsa de soja

  • aceite de oliva




Echar el paté en un recipiente pequeño (podemos hacerlo nosotr@s machacando olivas negras a las que habremos quitado el hueso, con un poco de sal y aceite de oliva, o comprarlo hecho), y mezclar bien con un buen chorro de salsa de soja y aceite de oliva, si hemos comprado el paté.


Nota: Puede utilizarse para picar con picos de pan, con mini tostaditas de pan salado ... También podemos utilizarlo, mezclándolo con nata líquida de soja o avena, sin ingredientes de origen animal (de venta en ecotiendas, herbolarios, algunos supermercados), como salsa para la pasta.


Portobello con cebolla











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 20 minutos aprox.
Raciones: para 4 personas. Utilizar como guarnición o para picar

Ingredientes:

  • 250 gramos de champiñones portobello (suele ser una bandeja)

  • 4 cebollas tiernas medianas

  • medio vaso de vino tinto

  • aceite de oliva y sal



Cortar la cebolla y freir en aceite de oliva. Cuando le quede poco añadir los champiñones cortados con sal y seguir friendo hasta que estén casi listos. Añadir el vino y dejar que vaya evaporando hasta que veamos que queda en una especie de salsa. Apartar y listo.

Tortilla de patatas vegana con cebolla











Dificultad: media (como todo es cuestión de práctica)
Tiempo de preparación: 40 minutos aprox.
Raciones: para 4 personas

Ingredientes:

  • 1 vaso pequeño de agua

  • 3 patatas de tamaño mediano

  • 1 cebolla tierna grande

  • 1 calabacín

  • 4 cucharadas más bien rasas de harina de garbanzo

  • 3 de harina de maíz

  • perejil, pimienta negra en polvo, orégano

  • sal y aceite de oliva



Pelar las patatas y cortarlas en dados de tamaño mediano-pequeño. Lavar la cebolla y cortar del mismo modo. Poner a calentar aceite en la sartén y empezar a freir las patatas añadiendo sal al gusto. Cuando no les quede mucho añadir la cebolla y seguir friendo hasta que ambas cosas estén hechas. Sacar de la sartén quitando el aceite sobrante.

Batir bien en un recipiente (que no queden grumos): el agua junto con las harinas, el perejil lavado y cortado en trocitos pequeños, las especias y sal al gusto. La mezcla debe quedar untuosa y ligera, ni muy líquida ni pastosa pues sería pesada (al añadir más harina o agua podremos darle la consistencia deseada, que deberá girar sobre un 60% de agua y un 40% de harina). Echar en esa mezcla el calabacín rallado y remover un poco. Añadir las patatas y la cebolla que hemos frito y mezclar todo con cuidado de no romper nada.

Volver a poner la sartén al fuego con un poquito de aceite y cuando esté caliente verter todos los ingredientes en él. Freir a fuego medio cuidando de que no se queme y volteando la tortilla con la ayuda de otro plato o de un volteador. Si al ir dando la vuelta vemos que algo queda pegado en la sartén tendremos que quitarlo y volver a echarla una vez lo hemos hecho, de modo que podamos sacarla luego con facilidad).

Sacar y dejar enfriar un ratito pues cambia su textura.

Notas: Está muy rica con veganesa, y por supuesto con rodajas de pan untado con tomate, aceite de oliva y sal.

Sólo si nos gusta la levadura de cerveza: también podemos echarle un poquito por encima en escamas, cuando la tortilla ya está cuajada en la sartén y en una de las últimas vueltas (al estar caliente la sartén la levadura quedará pegada en la tortilla y un poco tostada, dándole otro sabor).

En caso de no tener harina de maíz podemos hacerla sólo con harina de garbanzo, o mezclar harina de garbanzo y de trigo a partes iguales.

Podemos hacer en base a esta receta diferentes tipos de tortilla. Por ejemplo: podemos añadir pimiento rojo y berenjena, o espárragos, champiñones, lechuga frita, etc.

Lasaña de verduras vegana












Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 40 minutos aprox.
Raciones: 4 personas


Ingredientes:




  • 1 paquete de láminas de pasta para lasaña precocida sin huevo

  • 1 bote de tomate frito

  • 2 calabacines medianos

  • 1 berenjena mediana

  • 3 cebollas tiernas medianas

  • 1/2 vaso de salsa de soja

  • queso vegano o en su defecto levadura en escamas

  • aceite de oliva, pimienta negra molida, orégano y sal




Poner las placas en agua caliente y sacarlas cuando esté listo el relleno.


Cortar los calabacines, la berenjena y las cebollas en trocitos pequeños. Freir primero los calabacines y la berenjena y cuando les falte la mitad añadir las cebollas. Una vez estén casi fritos añadir la salsa de soja y remover. Sal pimentar y dejar hasta que la salsa de soja se consuma.


Sacar las placas de pasta del agua e ir colocando una capa en el recipiente en que vayamos a hornearlas. Encima poner la mitad del relleno y un poco de tomate frito. Colocar sobre éste otra capa de pasta. Encima de ella poner la otra mitad del relleno y otro poco de tomate frito. Colocar la última capa de pasta y cubrir con el tomate restante.


Echar por encima el queso vegano rallado (para la receta hemos utilizado queso vegano tipo mozarella), o en su defecto levadura de cerveza en escamas. Espolvorear un poco de orégano y de pimienta y meter al horno hasta que se tueste por encima


Arroz a la cubana vegano











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 40 minutos aprox.
Raciones: 6 personas

Ingredientes:

  • arroz

  • 9 plátanos que no estén verdes

  • tomate frito (si está hecho por vosotr@s estará más rico)

  • harina de tempura

  • aceite de oliva y sal




Hervir en su punto dos puñados de arroz por persona (hechar alguno más por si acaso), junto con un poquito de sal. Cuando esté hecho colarlo y lavarlo (un truquito que puede servirnos para otras recetas, cuando queremos un arroz suelto de un día para otro sin caldo, una vez lavado y escurrido, dejar en el recipiente y verter por encima un poquito de aceite de oliva). Continuando con la receta ir colocándolo en flaneras individuales. En su momento le daremos la vuelta a cada una en su plato.


Cortar los plátanos por la mitad y rebozar con la harina de tempura (que ha de mezclarse con un poco de agua como indicará su envoltorio). Freir en un poco de aceite de oliva, con cuidado de no romperlos. Colocar sobre un papel de cocina para que absorva el aceite un par de minutos. Poner tres mitades de plátano en cada plato, junto con su arroz.


Verter por encima del arroz tomate frito.


Hojaldre de zarangollo











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 45 minutos aprox.
Raciones: para 5 ó 6 personasIngredientes:

  • 4 calabacines grandes

  • 3 cebollas tiernas medianas

  • paquete de masa de hojaldre que no contenga ingredientes de origen animal

  • una cucharadita rasa de miso

  • un puñado de sésamo, aceite de oliva y sal



Pelar los calabacines y cortar en rodajas finitas. Cortar las cebollas del mismo modo. Poner las dos cosas en una sartén con un poco de aceite de oliva a fuego medio. Freir a fuego medio-bajo dando vueltas para que no se queme. Añadir un poco de miso y una vez disuelto probar por si queremos añadir sal. Seguir friendo hasta que esté la cebolla doradita y el calabacín haya evaporado agua.


Extender un poco de aceite de oliva en una bandeja para horno y espolvorear un poquito de harina para que luego no quede pegado el hojaldre. Colocar sobre la bandeja la primera placa extendida. Extender sobre ella lo que hemos frito. Colocar encima la segunda placa y extender. Cerrar por los lados. Echar por encima sésamo y meter en el horno a temperatura media durante unos 20 minutos (vigilando que no se queme).


Espaguetti con olivas y alcaparras











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 35 minutos aprox.

Ingredientes:

  • 1 paquete de champiñones

  • 1 paquete de espaguetti sin huevo

  • 2 cebollas tiernas

  • 3 dientes de ajo

  • tomate frito o triturado

  • olivas blancas, negras y alcaparras

  • un par de hojas de laurel, aceite de oliva, pimienta negra molida y sal




Lavar la verdura y los champiñones. Cortar la cebolla en juliana y los ajos y poner a freir junto con el laurel. Cuando llevan un poco se añade los champiñones cortados en trozos pequeños y se sazona con pimienta negra, orégano y sal. Cuando casi esté añadir tomate frito o triturado y dejar un poco. Cortar las olivas blancas (pueden ser rellenas de pimiento si nos gustan) y las negras en trocitos, y añadir al fuego con lo anterior. Dejar un poquito y apartar


Hervir los espaguetti con un poco de sal y cuando estén al dente escurrir y mezclar en un bol con lo que hemos frito antes. Poner por encima alcaparras.


Pizza vegana











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 55 minutos aprox.

Ingredientes para la masa:

  • 300 grs de harina

  • 100 grs de leche de soja

  • 50 grs de aceite de oliva

  • sal


 

Ingredientes para el relleno:
 

  • 1 pimiento rojo

  • 1/2 berenjena

  • 2 cebollas medianas tiernas

  • 1/2 bote de tomate frito

  • un poco de queso vegano para fundir

  • un poco de salsa de soja

  • piñones

  • aceite de oliva y sal



Para hacer la masa mezclamos: el aceite, la harina, la sal y la leche de soja. Lo amasamos todo muy bien y hacemos con ella una bola compacta que dejamos aparte.

Lavar la verdura y cortar en trocitos. Poner a freir en un poco de aceite de oliva. Cuando estén casi hechas le añadimos un poco de salsa de soja, el tomate y sal hastra que acaben de freirse.

Una vez frito todo pasamos a trabajar la masa. Con un rodillo la vamos extendiendo hasta dejarla lo más fina posible sobre una bandeja de horno (untada previamente en un poquito de aceite de oliva (es bastante fácil hacerlo si echamos un poco de aceite y lo extendemos con una servilleta de papel. Si le espolvoreamos una pizca de harina encima del aceite extendido, evitaremos que la masa se pegue).

Hornear la masa hasta que se tueste un poco y colocar las verduras por encima, un puñado de piñones y un poco de queso vegano para fundir (optativo). Volver a meter en el horno hasta que termine de hacerse y listo

Soja en salsa











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 45 minutos aprox. más el tiempo de blandeado de la soja
Raciones: para 6 personas

Ingredientes:

  • 1 paquete de soja texturizada en trozos

  • 1 bandeja de 500 grs de champiñones

  • 2 cebollas tiernas

  • 2 dientes de ajo

  • 3 zanahorias

  • 1 vaso de vino

  • 1 bote de tomate frito

  • 1 bolsa de guisantes

  • vinagre

  • aceite de oliva, pimenta en grano y molida, orégano, perejil, 3 ó 4 clavos y sal




Calentar agua y ponerla en un recipiente al que añadiremos la soja texturizada junto con pimienta negra molida, orégano y sal. Dejar hasta que blandee (con tres horas será más que suficiente). Escurrir y estrujar, con cuidado de no romperla, para sacar el máximo de agua posible.


Poner un poquito de aceite de oliva en una sartén y sofreir la soja echándole un poquito de pimienta, orégano y sal.


Cortar las cebollas y los ajos laminados. Sofreir un poco en aceite de oliva y añadir a la sartén las zanahorias cortadas en rodajas finas. Continuar sofriendo y al poco añadir los champiñones lavados y cortados en trozos junto con: pimienta negra en grano, los clavos y sal. Dar unas vueltas y añadir el bote de tomate frito. Dejar un rato moviendo para que no se queme y apartar.


Echar todo en una olla con: un poco de agua, los guisantes, un vaso de vino, un chorro de vinagre y perejil picado. Poner a cocer y dejar una media hora aproximadamente cociendo.


Tofu en escabeche












Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 20 minutos aprox.
Raciones: para picar 4 personas


Ingredientes:




  • 1 paquete de tofu firme a las finas hierbas

  • 7 hojas de laurel

  • 7 dientes de ajo

  • 1 vaso pequeño de vinagre de vino blanco

  • pimentón dulce

  • piñones

  • aceite de oliva, pimenta en grano, un par de clavos o tres y sal




Cortar el tofu en filetes.


Poner aceite de oliva en una sartén (no escatimar pues la salsa será lo que le dará el sabor del escabeche) y echar: las hojas de laurel, los ajos sin pelar con un corte trasversal (sin llegar a partirlos), pimienta negra en grano y los clavos. Cuando falte poco (se frien enseguida) añadir tres cucharaditas de pimentón dulce colmadas, un puñado de piñones y el vinagre. Mover para que no se queme el pimentón y añadir a la sartén el tofu. Freir a fuego medio- bajo el tofu para que se vaya haciendo y tome el sabor del escabeche, al tiempo que el vinagre vaya evaporando un poco.


Una vez hecho hay que dejarlo reposar unas horas en la salsa


Hamburguesas de lenteja y zanahoria











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 1 hora aprox.

Ingredientes:

  • 1 bote de 1/2 kilo de lentejas cocidas

  • 3 cebollas tiernas medianas

  • 4 zanahorias grandes

  • salsa de soja

  • pan rallado

  • aceite de oliva y sal



Cortar la cebolla y las zanahorias en juliana y freir con un poquito de sal. Cuando les quede poco rociar con un poco de salsa de soja para que estén más sabrosas. Apartar.

Lavar las lentejas cocidas y escurrir. Triturar las lentejas (yo lo hago con la mano bien limpia, porque de este modo quedan compactas pero no desechas). Mezclar todo junto con un puñado grande de pan rallado. Ir cogiendo, amasando y dando forma a las hamburgesas. Freir (podemos guardar sin freir las que no vayamos a consumir en ese momento en la nevera, tapándolas).

Tofu encebollado











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 30 minutos aprox.
Raciones: para 3 personas

Ingredientes:

  • 1 paquete de tofu firme

  • 2 cebollas tiernas grandes

  • medio vaso pequeño de vino de pasas

  • salsa de soja

  • aceite de oliva y sal



Cortar la cebolla en rodajas y freirla con un poco de aceite de oliva. Apartar.

Cortar el tofu en lonchas medianas y freir con un poco de aceite, un chorro de soja, sal y dos cucharadas rasas de azúcar de caña integral. Una vez casi frito añadir el vino de pasas. Cuando esté casi evaporado añadir la cebolla. Mover mientras calentamos a fuego medio tres minutos aproximadamente. Listo

Filetes de soja texturizada con pimientos caramelizados











Dificultad: media
Tiempo de preparación:1 hora y cuarto aprox.
Raciones: para 4 ó 5 personas

Ingredientes:

  • bolsa de soja texturizada en filetes (de venta en ecotiendas, herbolarios)

  • 1 pimiento rojo, 1 verde, 1 amarillo, todos ellos grandes

  • 4 cebollas tiernas tamaño mediano

  • 2 cucharadas de azúcar integral de caña

  • pan rallado, aceite de oliva y sal



Hervir agua y verter en un recipiente con un poco de sal. Echar en el agua los filetes de soja texturizada que vayamos a consumir (2 ó 3 por persona según tamaño), y dejar para que se blandeen (no tardan mucho pero podemos dejarlos dentro mientras vamos preparando los pimientos.

Cortar los pimientos en tiras más bien finas y freir a fuego medio-alto con sal, moviendo para que no se quemen. Cortar las cebollas y echar a la sartén cuando los pimientos estén casi hechos. Seguir friendo hasta que esté la cebolla. Añadir 2 cucharadas (cucharas soperas) de azúcar, y continuar dando vueltas hasta que caramelice (unos 10-12 minutos más según tipo de fuego). Una vez caramelizado apartar y listo.

Cuando se haya blandeado la soja tirar el agua del recipiente y estrujar los filetes, con cuidado de no romperlos, para que expulsen el agua que les quede dentro. Poner pan rallado en un plato y rebozar con él los filetes. Freirlos en la sartén con aceite de oliva. Colocar en platos acompañados de los pimientos con cebolla caramelizados que hemos preparado.

Lentejas











Dificultad: fácil aunque laborioso (merece la pena)
Tiempo de preparación: 20 minutos aprox. el tiempo de trabajo, y al menos 1,30h el de cocción. Hay que sumar el tiempo de remojo de las lentejas si no las hacemos de bote.
Raciones: para 8 personas

Ingredientes:

  • 7 tacitas de lentejas de la variedad que más nos guste (se puede hacer también con lentejas cocidas de bote)

  • 1 bote de tomate frito de calidad (o tomate frito hecho por nosotros)

  • 4 zanahorias grandes

  • 4 cebollas tiernas

  • 5 dientes de ajo

  • 2 patatas medianas-grandes

  • 2 pimientos "choriceros" desecados (se venden así)

  • vino tinto (cuanto mejor sea su sabor mejor saldrán las lentejas)

  • 2 pastillas de caldo vegetal

  • especias variadas en arreglo denominado "ibérico" (se vende así también)

  • 3 ó 4 hojas de laurel

  • aceite de oliva y sal



Poner a remojo las lentejas la noche antes (se puede hacer también con lentejas cocidas de bote, aunque sale mejor de la primera forma). Cuando vayamos a utilizarlas lavarlas y escurrir el agua.

Lavar la verdura. Pelar la zanahoria, cortar en trocitos, y empezar a freir en aceite de oliva )con un poco de sal. Cuando esté a medio añadir la cebolla que habremos cortado del mismo modo, y seguir friendo. Cuando esté casi añadir el bote de tomate frito, los ajos cortados en trocitos y terminar de freir.

Pelar las patatas y cortar en cuadrados ni muy grandes ni pequeños. Echarlas en una olla más bien grande con agua (deberá de cubrir todos los ingredientes sobrando aproximadamente unos tres o cuatro dedos por encima)* junto con: las lentejas, el sofrito con el aceite de oliva que contenga, el laurel, los dos pimientos "choriceros" secos, 3 vasos de vino tinto o un poco más según nos guste, las especias "ibérico", las dos pastillas de caldo vegetal que desharemos antes, y sal al gusto (ojo pues las pastillas dan sabor).

Poner la olla a fuego medio tapada cuidando de que no se pegue para lo que vigilaremos e iremos moviendo de vez en cuando (puede hacerse también en olla a presión). Si las hacemos con olla tradicional cuando lleven unos 45 minutos destapar un poco para que vaya evaporando. Ir moviendo, probando su sabor, durante todo el tiempo y vigilando que no se pegue, hasta que estén hechas las patatas, las lentejas y tenga la consistencia que nos guste (cuanto más evapora más espesa, aunque más riesgo de que se pegue en olla tradicional).

Crema de guisantes












Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 25 minutos aprox.
Raciones: para 4 personas


Ingredientes:




  • ½ litro de leche de soja

  • 1 bote de kilo de guisantes de buena calidad

  • 2 puerros grandes

  • 1 pastilla de caldo vegetal

  • 100 ml de aceite de oliva




Cortar los puerros en trozos pequeños y freir. Ponerlos en una olla junto con los guistantes lavados y escurridos, y el resto de ingredientes. Calentar durante 15 minutos. Triturar hasta dejar muy fino y listo.


Se puede tomar tanto caliente, como templada o mas bien fría, según gustos.



Sopa minestronne con quinoa












Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 40 minutos aprox.
Raciones: para 4 ó 5 personas


Ingredientes:




  • verduras variadas: 3 zanahorias, un trozo de brócoli, 1 cebolla tierna, 1 calabacín, 1 pimiento rojo y 1 verde, 3 dientes de ajo

  • un puñado de quinoa

  • 1 cucharada de margarina (sin ingredientes de origen animal)

  • 1 pastilla de caldo vegetal

  • aceite de oliva, pimienta negra, agua y sal



Cortar toda la verdura en trocitos pequeños menos los ajos, y rehogarla (a excepción de éstos), en una olla con aceite de oliva. Cuando esté lista añadir 4 vasos de agua, la cucharada de margarina, los ajos machacados, la pastilla de caldo vegetal y el puñado de quinoa. Sal pimentar y calentar a fuego medio.

Crema fría de calabacín y puerro











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 60 minutos aprox. sin contar el tiempo de enfriado
Raciones: para 6 personas aprox.

Ingredientes:

  • 3 calabacines medianos- grandes

  • 2 puerros medianos- grandes

  • 3/4 de litro de leche de soja

  • 1/2 vaso de aceite de oliva

  • 1 pastilla de caldo vegetal

  • perejil y sal



Lavar la verdura y quitar la piel a los calabacines. Cortar los puerros en trocitos o rodajas y freir en el aceite de oliva. Poner en una olla a cocer los calabacines con un poco de sal. Cuando estén cocidos quitar el agua y añadir los puerros con su aceite, el caldo vegetal y la leche de soja (probar de sal). Dejar calentando unos 15minutos para que se mezclen los sabores. Apartar y triturar bien.

Se puede servir frío con un poco de perejil por encima. Se puede tomar caliente o templada aunque el sabor cambiará

Crema fría de remolacha











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 60 minutos aprox. sin contar el tiempo de enfriado
Raciones: para 5 personas aprox.

Ingredientes:

  • 4 remolachas

  • 1/2 col tamaño mediano- pequeño

  • 2 pastillas de caldo vegetal

  • 1 brick pequeño de nata de soja o de avena para cocinar

  • piñones

  • un poco de vinagre de vino blanco

  • aceite de oliva, pimienta negra, agua y sal



Cocer la col hasta que esté blanda. Escurrir y dejar en un recipiente. Preparar un poco de vinagreta con aceite de oliva, un poco de vinagre y sal, y echar por encima de la col.

Quitar la piel a la remolacha y cortar en trocitos pequeños con algún robot de cocina. Freir unos 12 minutos en poco en aceite de oliva. Poner en una olla un litro y cuarto de agua, 2 pastillas de caldo vegetal, un poco de pimienta y la remolacha. Cocer durante unos 15 minutos probando de sal y apartar.

Echar la col a la olla con la remolacha y su caldo, y triturar bien todo. Dejar enfriar. Meter en el frigorífico. Una vez bien fría añadir la nata de soja o avena para cocinar, y mezclar. En cada plato o cuenco poner por encima unos piñones y un poco de pimienta.

Macarrones con calabacín











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación:45 minutos aprox.
Raciones: para 4 ó 5 personasIngredientes:

  • 250 gramos de macarrones sin huevo

  • 5 ó 6 calabacines

  • medio vaso de leche de soja

  • aceite de oliva, pimienta negra, orégano y sal


Hervir los macarrones al dente, con sal, orégano y pimienta. Escurrir.Freir los calabacines cortados en rodajas más bien finas, con la piel. Quitar el aceite sobrante si lo hay, y añadir en la sartén de los calabacines, medio vaso de leche de soja, un poquito de pimienta, orégano y rectificar de sal. Dar unas vueltas a fuego bajo para que espese un poco. Añadir a la sartén los macarrones y continuar dando unas vueltas para que cojan el sabor, y listo.

Paella de verduras campera











Dificultad:media

Tiempo de preparación:45 minutos aprox.
Raciones: para 6 personas

Ingredientes:

  • 1 pimiento rojo, 1 berenjena, 1 manojo de ajos tiernos, 4 alcachofas, 1 ñora, 3 dientes de ajo, media coliflor, 4 tomates maduros

  • arroz

  • 1 pastilla de caldo vegetal (optativa, le dará más sabor)

  • azafrán, aceite de oliva y sal

  • 1 limón (optativo)



Lavar la verdura. En una paellera echar aceite de oliva y sofreir el pimiento cortado en tiras y la coliflor desgranada en ramas. Antes de que termine de hacerse, añadir los corazones de alcachofas cortados en 4 trozos cada una, la berenjena cortada en rodajas de medio centímetro aproximadamente cada una, y la ñora entera. Cuando esto último esté casi hecho añadir los tomates rallados junto con los ajos machacados y los ajos tiernos y freir.

Una vez hecho el sofrito anterior y sin apartar la paellera del fuego añadir el agua justa para cubrirlo (si echamos de más el arroz no quedará en su punto sino demasiado blando, y si echamos poca quedará duro, es cuestión de practica), y la pastilla de caldo vegetal deshecha. Una vez que el agua hierva añadir dos puñados de arroz por persona distribuido por toda la paellera (si el tamaño de la mano es grande echar uno por persona, en este caso serían 6). Espolvorear por encima una cucharadita de azafrán y sazonar al gusto. Mantendremos en el fuego hasta que el agua se consuma, cuidando de no mover el arroz con utensilios de cocina (se puede mover zarandeando la paellera de lado a lado para que no se queme). Una vez consumida el agua apagar el fuego y tapar con papeles de periódico (para que acabe de hacerse el arroz y se conserve el calor), unos cinco minutos.

Una vez servida en el plato quien vaya a comer puede echarse un chorro de limón por encima (optativo). Otra forma de tomarla es poner la paellera en el centro de la mesa y comer de ella directamente (en ese caso quienes quieran limón por encima lo echarán en el lado que les corresponda)

Tambor de berenjena











Dificultad: fácil aunque laborioso
Tiempo de preparación: 1 hora aprox.Ingredientes:

  • 1 berenjena grande

  • 200 grs de champiñones

  • tomate frito

  • 2 cebollas tiernas medianas

  • guacamole (dulce o picante según gustos)

  • salsa de soja

  • aceite de oliva y sal

  • opcional: un poco de queso vegano para poner por encima y pimienta negra


Cortar la berenjena en rodajas finas. Freir y colocar sobre un papel de cocina para que se absorba el aceite y no resulte pesada.Cortar la cebolla en juliana y freir. Añadir los champiñones cortados en láminas a la sartén cuando la cebolla prácticamente esté hecha, rociando con un poco de salsa de soa y echando un poco de sal.

Coger un molde de cocina redondo (tipo tubo) que colocaremos encima de una fuente de horno. Seguidamente iremos poniendo dentro de dicho molde una rodaja de berenjena, sobre ésta el relleno de champiñones y cebolla con un poco de tomate frito, otra rodaja de berenjena, sobre ésta una capa fina de guacamole y así sucesivamente hasta rellenarlo acabando con una rodaja de berenjena del modo que vemos en la foto. Quitar con cuidado el molde para que no se deforme el plato y empezar con otro relleno hasta acabar con la berenjena*.

Colocar la fuente en el horno y gratinar unos minutos

Revuelto de col con espárragos











Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 1,25 minutos aprox.

Ingredientes:

  • 1 col de tamaño mediano

  • 1 manojo de espárragos trigueros

  • 1 cebolla tierna y media grandes

  • 30 grs de piñones

  • un puñado de pasas

  • salsa de soja

  • aceite de oliva y sal



Lavar la verdura. Cortar la col en trozos y poner a hervir hasta que esté blanda (tarda unos 40 minutos según tipo de fuego y olla). Sacar y poner a escurrir.

Cortar los espárragos en trozos y las cebollas. Calentar un poco de aceite de oliva en una sartén y echar toda la verdura (también la col). Echar por encima un chorro generoso de salsa de soja. Añadir los piñones, las pasas y la sal. Freir a fuego medio durante 25 minutos aproximadamente dando vueltas para que no se queme.

Nota: Utilizar como guarnición, para rellenar hojaldres, para picar, etc

Tarteletas de verduras











Dificultad: fácil aunque entretenido
Tiempo de preparación: 1 hora aprox.
Raciones: para 5 tarteletas de tamaño mediano-pequeño

 

Ingredientes para la masa:

  • 250 grs de harina de trigo

  • 1/2 vaso de leche de soja

  • 1/2 vaso pequeño de aceite de oliva

  • un poco de levadura

  • sal


Ingredientes para el relleno:

  • 2 calabacines medianos

  • 6 espárragos trigueros gruesos

  • 2 tomates

  • 3 cebollas tiernas medianas

  • un poco de salsa de soja

  • un poco de queso vegano

  • orégano, pimienta negra molida, aceite de oliva y sal



Cortar los calabacines en dados pequeños y los espárragos y freir en aceite de oliva. Sazonar. Añadir a los cinco o seis minutos las cebollas cortadas del mismo modo y seguir friendo. Cuando esté casi hecho añadir los tomates rallados a la sartén. Mezclar en ésta y añadir un poco de salsa de soja. Acabar de freir a fuego medio-bajo.

Para hacer la masa mezclamos en un recipiente la harina con un poco de levadura y la sal. Añadir la leche de soja y el aceite, mezclarlo todo y amasarlo bien durante unos minutos.

Extender la masa una vez amasada hasta lograr el grosor que utilizamos para una pizza o una empanada fina. En este caso se han utilizado 5 moldes para tarteletas de tamaño mediano-pequeño y se han rellenado del siguiente modo: Se han untado con un poquito de aceite (muy poco, sólo para que no se pegue). Se ha cortado la masa con el propio molde del revés y se ha colocado primero una capa de masa, a continuación el relleno correspondiente y nuevamente otra capa de masa. Se ha cerrado por los bordes y repetido el proceso con el resto. Se ha espolvoreado un poco de orégano y pimienta por encima de cada una y un poco de queso vegano rallado.

En caso de no tener moldes preparar como si fuera una empanada en la bandeja del horno, colocando un poquito de aceite extendido (se puede extender con una servilleta de papel), una capa, el relleno y tapándolo con otra.

Meter en el horno precalentado unos 15-20 minutos (vigilad que no se queme) y listo

Morcilla Vegana











Dificultad: fácil aunque entretenido
Tiempo de preparación: 45 minutos aprox.Ingredientes:

  • 2 berenjenas grandes

  • 1 cebolla tierna y media grandes

  • 30 grs de piñones

  • orégano y pimienta negra molida

  • aceite de oliva y sal


Lavar la verdura. Cortar las berenjenas en rodajas finas y luego éstas en trozos, y del mismo modo las cebollas (lo más rápido será hacerlo con un robot de cocina). Poner aceite de oliva en una sartén y cuando se caliente echar ambas cosas. Añadir bastante orégano, un poco de pimienta negra molida y sal. Freir dando vueltas para que no se queme.Cuando esté casi hecho (la berenjena se irá oscureciendo), añadir los piñones y probar de sal por si queremos añadirle más (o bien más orégano o pimienta). Cuando veamos que la cebolla está blanda y la berenjena oscura apartar. Dejar enfriar pues tomará más sabor (de un día para otro está más rica).Nota: Se puede tapar y guardar en el frigorífico.

Se puede utilizar para: tomar untada sobre tostadas para picar, para acompañar otros platos, en bocadillos, para rellenar hojaldres, empanadillas, etc

Pimientos asados











Dificultad: fácil aunque entretenido
Tiempo de preparación: 60 minutos aprox. más el tiempo para que macere

Ingredientes:

  •  2 pimientos rojos con molla grandes

  •  2 pimientos verdes con molla grandes

  •  5 dientes de ajo

  •  aceite de oliva y sal


Meter los pimientos lavados en un bandeja en el horno con un poco de aceite y sal, y poner a asar. Poner a temperatura media. Vigilad para ir girándolos de modo que se vayan haciendo y tostando un poquito por todos los lados. Una vez estén un poco tostados y blandos sacar y dejar enfriar.

Mientras se hacen los pimientos poner un recipiente medio vaso de aceite de oliva, sal y los dientes de ajos cortados en rodajas.

Una vez fríos los pimientos quitarles la piel. Cotar a lo largo por la mitad o en cuatro mitades longitudinales e ir separando en tiritas finas. Ir echándolos en el recipiente en que tenemos el aceite, con el ajo y la sal. Dejar para que vayan cogiendo el sabor.

Nota: Se puede tapar y guardarlo en el frigorífico (no se calienta, se toma directamente del frigo).

Cuanto más horas pasen más sabor tendrá.

Se puede utilizar para acompañar bocadillos, utilizar para otras recetas, o para picar, por ejemplo, como explicamos aquí abajo.

 











Pimientos asados con tofu macerado para picar:

  •  tofu macerado como en la receta anterior.

  •  pimientos asados tal y como hemos explicado

  •  tres dientes de ajo

  •  pan salado tipo crackers, tarteletas pequeñas para picar mirad que no contengan ingredientes de origen animal si no las haceis vosotrxs).



Colocar un par de trocitos de tofu macerado con unas tiritas de pimientos asados sobre el pan salado y sobre las mini tarteletas.